sábado, 2 de abril de 2011

II Ruta de las fortalezas

Hay una frase que me gusta bastante, "nunca sabes lo que puedes correr hasta que lo corres", esto es lo que se me debió pasar por la cabeza cuando una buena mañana escuchando la radio mientras trabajaba, el presentador del programa matinal entrevistó a uno de los organizadores de este evento, hablaba sobre una prueba organizada por el ejercito que recorría 51 kilómetros a lo largo de numerosas bases militares, situadas en los picos mas altos que rodean Cartagena. También explicaba que la prueba era dura pero al mismo tiempo apta para muchas personas, siempre y cuando tuviesen un físico aceptable. La marcha tenia un tiempo limite de doce horas, lo que permitía ir andando de manera tranquila aunque sin despistarse.



Antes de que terminara la entrevista ya sabia que seria uno de los participantes ya que seria un buen reto, un reto diferente a las carreras a las que habia estado frecuentando ultimamente, algo como más especial.

No tarde en avisar a mi hermano. Sabiendo lo que le fascina el senderismo sabia que no fallaría y así fue, además conseguimos tres espléndidos fichajes mas para la expedición: Antonio Vidal, mi primo y Ángel, amigo de mi hermano. Al principio estuvimos viendo la opción de formar un equipo ya que existía esa modalidad pero al final nos pareció que había que hacer tramites innecesarios para un grupo que no iba a mirar demasiado el tiempo.

La II ruta de las fortalezas fue todo un éxito en cuanto a afluencia, los casi tres mil dorsales se agotaron en apenas tres días, y fueron muchos los que hicieron ofertas algo inmorales para conseguir una plaza después del cierre.

Los preparativos antes del día señalado comenzaron varias semanas atrás, con entrenamientos que alargábamos muchísimo los sábados, haciendo tiradas de treinta o mas kilómetros, subidas interminables y algún que otro almuerzo de los buenos. La parte logística corría de mi parte como de costumbre, había mirado el perfil de la prueba cientos de veces, estudiado los tiempos máximos que nos podíamos permitir en cada kilómetro, los avituallamientos disponibles, los servicios sanitarios, los horarios de salida...Incluso dos días antes de la cita, realice un pequeño montaje audiovisual para motivar al personal.



Así fue como casi sin darnos cuenta llego el día tan esperado. Aun con la noche bien cerrada entre bromas provocadas en gran parte por la ansiedad nos dirigíamos a Cartagena, una vez allí y recogidos todos los dorsales y bolsas de corredor, comenzamos a calentar mientras comentabamos que hacia fresco, yo opte por aguantar y salir en manga corta y dejar todo en el coche, elección que lamentaria al finalizar la prueba.

Mientras una patriótica bandera nacional se izaba bajo militares que formaban de manera solemne, cientos y cientos de participantes se agolpaban en la calle mayor situada cerca del puerto, justo tras finalizar el himno español se escucho a lo lejos un disparo de cañón. La segunda edición de la ruta de las fortalezas había comenzado.

Intentare resumir lo que fue la marcha en tres partes con el fin de hacerlo más ameno, que me estoy excediendo un poco.

Primera parte "Aun queda mucho, tranquilos"

Esta fue la frase mas repetida del kilómetro uno al treinta. Tras una salida en la que quedamos literalmente atrapados por el tapón humano y nos hizo desesperarnos en la primera subida al "calvario", la carrera se abrió un poco aunque no en exceso. Al principio íbamos algo ansiosos de ver la gran cantidad de participantes que llevábamos delante, sin embargo nos relajábamos cuando mirábamos hacia atrás y observabamos los que nos seguían.
En esta primera fase conocimos a una simpática mujer, Tere, que se unió a nosotros puesto que participaba sola. A medida que iban pasando los kilómetros nos dábamos cuenta de la envergadura del recorrido, la sensaciones eran buenas pero quedaba mucho, en el kilómetro treinta aproximadamente comenzaron los problemas

Segunda parte "Tengo molestias"

El día había acabado por ser espléndido, tal vez demasiado, y el sol empezaba a hacer de las suyas, lo mas perjudicial era el asfalto, a mediodía los pies ardían al caminar tanto tiempo sobre él, esto no provocaba otra cosa que las temidas ampollas.

Llegados a este punto quiero mandar desde aquí un agradecimiento a mis zapatillas, si en la anterior carrera estrene las nimbus, en esta el turno era de las "Asics trabucco" las cuales se comportaron como unas campeonas no causándome ningún contratiempo. Por el contrario mi hermano empezaba a sufrir las molestias de las ampollas, le habían salido un par de ellas que hacían que no fuese cómodo y cambiase un poco su manera natural de caminar. Por otro lado Antonio estaba empezando a mostrar síntomas de cansancio extremo, entre todos intentábamos animarlo pero no había manera. En realidad llegados al kilómetro cuarenta todos íbamos tocados en mayor o menor medida, aquí empezamos a romper el grupo, viendo la excelente cobertura por parte del ejercito pensábamos que era hora de que cada uno sacara lo que le quedase al fin y al cabo es lo que se busca en una prueba como esta, ver hasta donde puedes llegar, y para ello tienes que forzar.

Tercera parte "No te dejes nada dentro"

LLevaba ocho horas y pico andando y un monton de sellos en la credencial que demostraba que habias pasado por todos los puntos cuando empece a correr, primero suave a ver como respondían las piernas, pero poco a poco fui apretando hasta coger un ritmo bastante aceptable, no se a cuantas personas pude adelantar en los últimos diez kilómetros, tampoco me preocupa demasiado, lo único importante era que iba a acabar la prueba, y de que manera. Cuando llegue a meta, se me puso la piel de gallina, el lugar estaba lleno de participantes, familiares y como no, de militares, eran ellos los encargados de estrecharte la mano al llegar y decirte -enhorabuena, lo has conseguido.- Tras casi nueve horas y media me encontraba haciendo estiramientos con las piernas temblorosas, por un momento supe como se sienten algunos animales cuando nacen e intentan ponerse en pie.

La espera al resto del grupo se hizo muy larga, casi una hora, mi cuerpo se había enfriado y estaba pasando un frío...días después me puse malísimo, pero eso es otra historia. Señalar que mi hermano tuvo que ser atendido en un puesto de la cruz roja ya que al caminar tantos kilómetros de manera forzada, por culpa de las molestias provocadas por las ampollas, le había terminado por causar un dolor en la rodilla bastante preocupante, cuando salimos de allí, lucia un vendaje desde el muslo al tobillo, algo que nos parecio un poco exagerado.

El camino de vuelta fue largo aunque gratificante de ver el merecido descanso que nos habíamos ganado. En cuanto a la experiencia, estoy convencido de que valió la pena y me despertó un poco el gusanillo de las pruebas de larga distancia, estoy seguro que la tercera edición supondrá un nuevo reto para todos nosotros.

Datos carreraDorsal: 1340
Distancia: 51000m.
Tiempo carrera: 09:19:06 (10:57min./km)
Posición: 1091/2072 (llegados a meta) (438 categoría/733)
Bolsa corredor: Camiseta algodón, gorra algodón, bolígrafo, imán para frigorífico, pegatina, a la llegada medalla finisher y diploma finisher.

Clasificación general

Fotos personales

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