domingo, 21 de noviembre de 2010

I 14,4 kilómetros de Murcia

A pesar de que en Septiembre y Octubre seguí un buen entrenamiento, noviembre baje el ritmo de golpe y me encontré con que solamente había hecho dos entrenamientos hasta el día de la carrera, eso si, el último entrenamiento fue tres días antes de la prueba, realizando el mismo recorrido y distancia, cosa que me ayudaría muchísimo tres días después.

La carrera era gratuita aunque sin clarificación y a pesar de que en un principio iba a recorrer las principales calles de Murcia, a pocas semanas del comienzo cambiaron el recorrido, desviándolo por el carril bici que transcurre siguiendo el curso del río segura. Era una lástima pero al menos lo mejor del circuito seguía intacto; tanto la salida como la llegada era en el punto neurálgico de la capital: La plaza belluga, con la catedral como expectadora de lujo, sólo el hecho de visualizar la llegada a meta hacia que los pelos se pusiesen de punta, y así fue.

La distancia a recorrer, no era ninguna broma, 14, 4 km, se hacían largos, como dije, tres días antes hice la prueba y llegué a casa muy fatigado, tardando 1 hora y 15 minutos con una media de 5:14, buen resultado teniendo en cuenta las semanas que habia estado parado.

Los de los 14, 4 kilómetros no era cosa del azar sino que esta distancia hacia referencia al trecho más corto que separa Europa del norte de África, más concretamente entra Punta Oliveros (España) y Punta Cires (Marruecos). Cabe destacar a Juan Zamora, padre de este proyecto deportivo.

La carrera empezaba a las 11:00 de la mañana, una hora y pico antes habíamos quedado Antonio y yo con nuestras respectivas novias en la plaza belluga, recogimos dorsales y camiseta (de algodón y muy sencilla) y comenzamos a calentar lentamente, mientras las chicas desayunaban en la terraza de un bar próximo a la salida. Justo antes de empezar nos despedimos de ellas y me guarde un sobre de azúcar para tomar durante el trayecto por si fallaban las fuerzas.

Con unos pocos minutos de retraso se dio la salida. Fueron muchos los que salieron como pollos sin cabeza a un ritmo muy superior al que sus capacidades físicas le permitian, Antonio, mi compañero, se vio afectado por esto y fue "arrastrado" por esa marea que corria de manera frenética, no habían pasado ni tres minutos y ya lo había perdido de vista. He de reconocer que me tentó mucho el no aumentar más mi cadencia porque la cantidad de personas que me iban adelantando me parecía excesiva.

Enseguida nos adentramos en el carril bici, una vez en él y transcurridos unos veinticinco minutos de carrera, sucedio algo, empecé a adelantar, primero a dos, luego a cuatro, diez, veinte, fueron innumerable las personas que pude pasar, las sensaciones que tenia estaban siendo muy positivas.

Antes de llegar a la mitad de carrera, pude ver a Antonio a lo lejos, enseguida me puse a su altura y le pregunte por su estado, me contesto que tenia un poco de flato y que iba regular, le di ánimos y nos despedimos. Unos pocos minutos después nos topamos con el único puesto de avituallamiento, agarre un botellín de agua e intente beber, era la primera vez que bebía durante una carrera y fue dar el primer trago y empezar a toser, esto me provoco molestias en la garganta que intente contrarrestar con el sobre de azúcar que llevaba guardado, el resultado fue bueno, me calmo la irritacion y me dio algo de energía rápida.

Habia llegado ya al puente en el que se cruzaba a la otra orilla del río y se iniciaba el camino de vuelta, ahora cuando miraba a mi izquierda, se podía divisar a cientos y cientos de personas que aun no habían llegado a la mitad, me di cuenta de que me estaba yendo bastante bien, aunque ya no adelantaba de forma tan continua, me había estabilizado con corredores que iban a un ritmo similar al mio. Recuerdo a un corredor "musculitos" con el que tuve un pique sano, aunque al final no pudo ser y no me vi capaz de aguantarle.

La entrada a meta fue espectacular, un tumulto de personas animándome en la plaza principal de la ciudad, pfff todavía me erizo cuando lo recuerdo. El tiempo final 01:07:44 a 4,42 minutos por kilómetro, nunca había corrido tan rápido. Antonio Vidal llegaría cinco minutos y pico después, marcando también un buen tiempo 01:13:10.

Datos carrera
Dorsal: 782
Distancia: 14.400 mt.
Tiempo: 01:07:44 (04:42 min./km.)
Posición: 220 aprox. /1200
Bolsa corredor: Camiseta algodón.

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miércoles, 10 de noviembre de 2010

La conciencia del deber

Hay una cosa que nunca falla y que aconsejo a quienes están con el gusanillo de correr pero corren el riesgo de dejarlo (como el que escribe), apuntarse en alguna carrera. Esto lo digo porque cuando uno participa en una y la finaliza, siente como si se renovasen las ganas de entrenar, es como poner la ultima pieza de un puzzle que has estado montando durante meses, como probar una buena receta que has cocinado durante horas, o aprobar un examen al que has dedicado mucho tiempo, en resumen, poner a prueba algo en lo que has estado trabajando, tu cuerpo.

No estoy diciendo que correr por correr, sin competir, no este bien, nada mas lejos, tan solo digo que aquellos que tenga oportunidad de probar el correr en una carrera popular, que prueben, entenderán entonces mejor lo que quiero explicar.

Y esto viene a cuento porque después de la san silvestre, aquella carrera de la "nueva era", empecé a pensar, aunque suene algo cursi, que mi destino era terminar de "engancharme" al correr, coger el hábito de una vez por todas y mantenerlo. Solo era cuestión de tiempo.

A fue como en los meses siguientes a la San Silvestre del 2009 hice algunas salidas (no demasiadas) incluso hubo algún mes en blanco, abril y mayo fueron muy buenos en cuanto a salidas, junio, julio y agosto malos... en fin, otra vez la misma historia, entrenamiento intermitente, varias semanas sin salir, meses buenos meses malos...pero algo había cambiado desde la carrera, ahora tenia conciencia, conciencia de pensar casi todos los días en que "debía de salir a correr", de saber que "algo no iba bien", antes no salir a correr no significaba nada, dormía igual de bien, ahora no, algo había cambiado.

Durante el mes de agosto, esa reflexion sobre que debía de empezar, empezó a ser mas habitual y era raro el día que no pensara en ello, mi meta era empezar en septiembre y así fue.

Septiembre y Octubre fueron buenos meses con 23 sesiones de entrenamiento (nada mal para mi en esos tiempos). Llego noviembre y otra vez mi compañero, Antonio Vidal (Pibi) me empujo hasta otra carrera, esta vez iba algo mejor que en la San Silvestre, aunque tampoco para tirar cohetes, dos meses es poco tiempo, pero algo mejor si que fue...