lunes, 31 de diciembre de 2012

XI San Silvestre

Un año más la carrera más festiva se preparaba para su celebración y tenia muy claro que aunque no estuviera preparado era muy importante participar en ella. Durante este año todo había estado un poco marcado por mi boda, que fue el 6 de octubre y ahora tocaba retomar poco a poco el mundo del atletismo y aunque llevase cinco meses sin apenas realizar entrenamientos esta era una carrera idónea para correr "de cualquier manera" y recuperar un poco las sensaciones.

A la cita acudimos Antonio Vidal e Isaac aunque este último no lo llegamos a ver en ningún momento, es lo que ocurre en estas carreras festivas, que nada termina de ser demasiado serio y por lo que me entere después acabo corriendo disfrazado con otro grupo de amigos y unas cuantas cervezas en el cuerpo. Vidal y yo íbamos a intentar ir un poco mas "serios" e intentar dentro de nuestras posibilidades parar el crono lo antes posible. Antonio tampoco estaba pasando por una buena racha en cuanto a entrenos se refiere y ambos estábamos un poco espectantes para ver que ocurriría.

Cuando apenas faltaban un par de minutos para el comienzo nos situamos en lo que era casi la cola de la carrera. Pensé que era lo mejor para no afixiarnos al principio y cojer poco a poco el ritmo. Aunque tal vez y pensándolo bien si nos hubiéramos colocado un poco mas adelantados tampoco hubiera pasado nada ya que las retenciones fueron excesivas hasta el punto de ir andando unos cuantos segundos.

La primera parte de la carrera fue muy lenta, era casi imposible ganar posiciones y mi único objetivo era no perder de vista a Antonio ya que mi idea era ser su sombra la mayor parte del tiempo. A duras penas pude seguirlo aunque pronto advertí que el llevaba las mismas intenciones que yo y me dejo un poco la iniciativa.

Justo antes de llegar a la mitad de la carrera nos cruzamos con la cabeza de carrera y vimos como la multitud de corredores que íbamos de "ida" estábamos obstaculizando a los primeros atletas que se disponian a volver sobre sus pasos. Sin duda un cero para la organización en ese sentido. No quiero imaginar lo que tiene que ser ir segundo en una carrera y cuando estés pisando los talones al primero que te ocurra algo así...

Cuando dimos la vuelta y afrontamos la segunda mitad de carrera me di cuenta de que tal vez podía apretar un poco mas y fue lo que hice, aunque los milagros no existen y el tiempo que estaba marcando no era ni por asomo el mismo que el año anterior donde realice una muy buena marca. En esta ocasión me encontraba mucho mas fatigado, más pesado y el corazón parecía que se iba a marchar de paseo de un momento a otro.

Cuando entramos en lo que seria la ultima gran recta que abarcaba la gran vía pude ver lo que es la san silvestre en todo su esplendor. Cientos y cientos de personas se agolpaban a los dos lados de la calle mas famosa de Murcia y ya ni siquiera estaban en la acera, se encontraban dentro de la carretera a ambos lados formando un pasillo de apenas dos metros de ancho. Personas que no paraban de gritar y aplaudir y de fondo todo el alumbrado navideño que este año era precioso. Una estampa para recordar. Con todos estos factores era casi imposible no acelerar el ritmo de carrera y eso fue lo que hicimos, pronto me di cuenta de que Antonio tenia una reserva de energía que yo no encontraba por ninguna parte y así fue como poco a poco y cuando apenas faltaban unos pocos cientos de metros para el final se me fue llendo sin poder seguir su estela. Afronte la ultima curva justo antes de la meta y finalice lo que seria mi tercera san silvestre. En esta ocasión y como punto negativo que no termino de entender en un evento de este calibre, no tuvimos ningún obsequio por parte de la organización ya que hubieron más dorsales que bolsas de corredor. Que le vamos a hacer...

El sabor que dejo esta carrera fue agridulce, no fue mi mejor carrera, más bien todo lo contrario, pero si significo muchas cosas: mi primera carrera estando casado, volver a una carrera cinco meses después, pero sobretodo y lo más importante, el poder demostrarme a mi mismo que por mucho que haya cambiado mi vida, el atletismo va a seguir formando parte de ella.

Datos de carrera
Dorsal: 3722
Distancia: 7000m.
Tiempo carrera: 00:35:07 (05:01min./km)
Posición: 968/3065 (340 categoría/903)
Bolsa corredor: agotadas (sudadera...)

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sábado, 28 de julio de 2012

IV Cross de Cabo de Palos

Había pasado un mes desde que había corrido en Blanca y durante ese tiempo mis entrenamientos seguían cayendo en picado y mi peso había aumentado en un par de kilos. Se aproximaba la fecha de mi boda y el tiempo para entrenar se iba transformando poco a poco en tiempo para planificar ese día tan señalado.

No tenía claro si volvería a participar en una carrera antes de casarme, pero un buen día hablando con Isaac, que estaba empezando a aficionarse a este mundillo, decidimos que acudiríamos a otra cita con el atletismo y así fue como una vez más acabe rellenando los datos de inscripción para participar en lo que sería mi vigésima primera carrera , esta vez en Cabo de Palos, una prueba nueva para mi que recorrería durante algo más de cinco kilómetros las calles de este pequeño pueblo pescador anexo a mi querida Manga del Mar Menor, en la que llevo veraneando practicamente toda la vida.

La temperatura que hacia ya por estas fechas tan próximas al esperado mes de Agosto era poco menos que asfixiante, esto unido a la gran humedad proporcionada por la proximidad del mar, hacía que los presagios no fueran muy alentadores. Mientras esperábamos a que corrieran las categorías inferiores aprovechamos para tomar unos granizados en una terraza situada en el paseo marítimo. En esta ocasión íbamos Ana, Jose, Isaac y el que escribe.

Mientras nos dirigíamos a la linea de salida no dejábamos de comentar lo mal que nos encontrábamos debido a nuestra baja forma física y al maldito calor que parecía ir en aumento. Comentábamos a cerca de la carrera, sabíamos que habrían subidas, que pasaríamos por senderos de tierra y sobretodo teníamos la certeza de que íbamos a pasar un rato "malo" en el que nos faltaria el aire en más de una ocasión.

Por fin y con unos minutos de retraso dieron la salida al esperado cross, en ella podían contarse más de un millar de atletas, algo que me sorprendió gratamente pues cuando llegan estas fechas la temporada va muriendo y somos muchos los que empezamos e disfrutar de un periodo de descanso muy necesario para nuestras piernas. Por lo tanto hay que reconocer el gran merito de los organizadores para convocar a tantísimas personas como allí habían, sin duda una prueba de que las cosas las están haciendo muy bien.

Una vez dieron la salida poco se podía hacer excepto trotar a ritmo de comparsa. Las calles eran muy estrechas y la multitud entorpecía la marcha. Yo intentaba seguir el ritmo de Isaac, sin estar seguro de poder hacerlo hasta el final, aunque tenia la esperanza de conseguir aguantar fuerte, puesto que la "corta" distancia a recorrer permitia hacer un gran esfuerzo.

La carrera estaba tardando mucho en abrirse, incluso cuando pensabas que ya podías apretar llegaba una calle estrecha y otra vez tocaba desacelerar. Isaac estaba imponiendo un buen ritmo y por ahora solo era capaz de seguirlo a duras penas. No tardaron en llegar las primeras subidas y bajadas del circuito que transcurría por zonas verdaderamente bonitas, siendo espectadores durante más de la mitad del trayecto del inmenso mar que aquella tarde lucia pacifico, todo lo contrario de aquel millar de corazones que cada vez iban más acelerados.

En el último tercio de la carrera Isaac empezó a mostrar símbolos de fatiga y su ritmo fue a menos. Yo por el  contrario parecía que me iba encontrando cada vez mejor, tal vez porque había depositado tan pocas esperanzas en hacer un papel digno y me estaba dando cuenta de que no estaba muy mal, tal vez por contemplar el mar desde lo alto y olvidarme de los quejidos de mi corazón ante aquel esfuerzo o tal vez porque aquellos parones que habían de vez en cuando me estaban viniendo de perlas para dosificarme de manera obligatoria. El caso es que a falta de poco menos de un kilómetro pude tomarme el lujo de apretar los dientes e incrementar la cadencia de mis zancadas, viendo como ganaba posiciones de inmediato. Ya en la última recta conseguí hacer esprint para la memoria arañando unas cuantas posiciones más.

Isaac llego unos instantes después haciendo también un buen papel. Mientras nos dirigíamos a recoger la bolsa de corredor que daban, nos mostrábamos contentos por como había transcurrido todo, comentabamos acerca de lo bonita de la carrera y coincidimos en que deberíamos repetir al año siguiente. Sin duda aquella tarde fue un broche de oro para una buena temporada.


Datos de carrera
Dorsal: 559
Distancia: 5150m.
Tiempo carrera: 00:25:26 (04:56min./km)
Posición: 427/1029 (160 categoría/286)
Bolsa corredor: Camiseta técnica, fruta...

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Fotos personales (Incluye un pequeño video en donde se puede ver el buen esprint que saque en la parte final, el hombre-bala que aparece por la derecha de la pantalla es un servidor jeje)

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sábado, 30 de junio de 2012

IV Fiestas de San Pedro

Después de lo que supuso el tremendo esfuerzo de las rutas de las fortalezas mi ritmo de entrenamientos había decaído mucho. Me encontraba mas lento y mi piernas, que meses atrás habían sido ligeras y fuertes empezaban a mostrar síntomas de pesadez. Sin duda el esfuerzo hecho en Cartagena había merecido la pena pero ahora tocaba pasar por caja y el precio no era precisamente bajo.

Un buen día rodeado de amigos salio el tema de aquella maravillosa carrera en Blanca y movido por la fuerza del grupo que estábamos reunidos decidí que acudiría a la cita. Era la primera vez en la que iba a correr rodeado de amigos y me hacia una especial ilusión. Correr junto a mi ya veterano compañero Pibi siempre es un placer, pero esta vez se unirían Eloy e Isaac. No es necesario decir que teníamos un publico de primera formado por Ana, Pili, Jose, Lola y Javi.

Estaba muy mentalizado para esta carrera, sabia que iba a ser una de las primeras ocasiones en las que empeoraría mi marca respecto a una edición anterior y tenia que ir preparado para ello con el fin de no desmotivarme. A mi favor contaba con que conocía perfectamente el recorrido y sabia donde debía apretar y en que zona era mejor conservarme.

Al llegar a Blanca el ambiente era como el del año anterior, sin llegar a ser espectacular, si tenia cierto encanto, además de que el simple hecho de estar en Blanca ya hace de esta carrera algo especial, por sus gentes y su maravilloso entorno. Fuimos a recojer el dorsal y a intentar calentar un poco. Yo tuve el pequeño contratiempo de quedarme sin pilas en el sensor del pie que me media la velocidad media, por lo que tuve que mandar a que me las compraran lo antes posible. Solventado este diminuto problema y con la carrera a punto de comenzar, nos colocamos en la linea de salida.

No eramos demasiados corredores, cerca de trescientos, por lo que el comienzo de la carrera fue muy fluido, lo que provoco que movidos por la idea de ir todos juntos en un principio, forzáramos bastante al principio. No tardamos en encontrarnos por la primera y mas inclinada pendiente del circuito, unos trescientos metros en los que el corazón parecía despertarse definitivamente para darse cuenta de que hoy le tocaba sufrir. Pasado este tramo, accedíamos a la calle central del pueblo, donde se encontraba nuestro publico que había atajado por una calle cercana a la salida para poder volver a vernos pasar.

No nos quedaba demasiado para dejar el núcleo urbano del pueblo e internarnos en lo que seria un viene y va de continuas subidas y bajadas. Antes de llegar a estas primeras subidas, el grupo aun permanecía unido, aunque seguía pensando que el ritmo era excesivo. Y así era, se me ocurrió mirar el pulsómetro y no me gusto lo que vi, estábamos al principio de la carrera e íbamos a cuatro minutos por kilómetro, algo fuera de mi alcance por el momento. Por lo que decidí decir basta y dar la noticia a mis compañeros de que yo me quedaba, no podía seguir a ese ritmo. Pensaba que en menos de tres minutos empezaría a ver como se alejaban de mi, pero cual fue mi sorpresa que todos se quedaron conmigo. Mas tarde pensé que tal vez era yo el que estaba ejerciendo de liebre sin darme cuenta...

Ya estábamos inmersos en el carrusel de subidas y bajadas y el grupo había quedado roto poco antes de cruzar un puente que atravesaba el río Segura. Isaac había quedado atrás hace algo mas de tiempo y Antonio (Pibi), tampoco había podido seguir nuestra estela. A mi me estaba costando horrores seguir el fuerte ritmo de Eloy, porque ahora si estaba seguro de que la liebre era él y no yo. Poco a poco fue alejándose aunque no lo perdía de vista en ningún momento. Antes de llegar a la mitad del recorrido donde se volvía sobre nuestros pasos, me encontré con fuerzas y me coloque por delante de Eloy. Pero ya a la vuelta volvimos a ir juntos. Estaba siendo un tira y afloja muy competitivo. Tras ver que la meta no quedaba lejos acordamos que lo mejor para ambos seria intentar acabar juntos. A parte de que me hacia ilusión sobrepasar la meta junto a Eloy por primera vez.

Y así fue como llegamos después de 46 minutos de sufrimiento. Las sensaciones fueron mejores de las que pensaba y pese a empeorar mi marca en 3 minutos y poco me sentía satisfecho de ver que había hecho un tiempo más que decente.

Como nota negativa, cabe destacar que la organización no puso a disposición de los corredores duchas, a pesar de haberlo anunciado. Aunque nos sirvió para terminar en el río Segura, disfrutando de sus limpias aguas al paso por Blanca. La velada termino con una espectacular cena en Archena de la mano de nuestro guía residente Eloy.

Datos de carrera
Dorsal: 42
Distancia: 10.000m.
Tiempo carrera: 00:46:34 (04:39min./km)
Posición: 118/262 (44 categoría/86)
Bolsa corredor: Camiseta técnica

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Sunset runners

domingo, 22 de abril de 2012

En el dique seco

(FECHA REAL DE LA ENTRADA: 15 ENERO 2013, El motivo de no poner la fecha real es para que las ultimas crónicas que vaya escribiendo salgan arriba del todo)

Hace nueve meses que por motivos personales no he podido dedicarle el tiempo que se merece este pequeño rincón al que tanto aprecio le tengo. Pero el letargo ha terminado, aprovechando que vuelvo a estar online intentare actualizar lo antes posible lo que ha pasado durante este periodo de tiempo.

A ver...si, nos quedamos en la III Ruta de las Fortalezas, ahí es nada...Después de aquella prueba mi rodilla se enfado seriamente conmigo, estuvimos peleados durante más de un mes. Yo a veces salia a ver si se le había pasado pero al cabo de unos cinco o seis kilómetros rodando a un ritmo normal volvían a aparecer las molestias en el ligamento interno. A consecuencia de esto mis entrenamientos cayeron en picado, de pasar a entrenar cuatro días a la semana, pase a tres, luego a dos...y así poco a poco fui perdiendo algo que me había costado tanto tiempo conseguir. La rutina. El salir periódicamente sin ningún esfuerzo. El ponerte las zapatillas sin pensarlo y echar a correr sin pensar en quedarte en casa ni un solo instante. Por una parte estaba tranquilo porque sabia que volvería tarde o temprano, pero por otra se avecinaba una boda. Mi boda, y temía que se uniese esa etapa tan mala por la que estaba pasando en cuanto a forma física con el periodo de tiempo en el que estas con los últimos preparativos y el posterior viaje de novios, adaptación al nuevo hogar, menos tiempo libre... Y eso es exactamente lo que ha sucedido...Se que no tengo excusa, pero es que se ha juntado todo...

 Pero no creáis que he estado nueve meses sin hacer nada. Cuando pasaron dos meses y medio aproximadamente de lo que fue la carrera del año (III RDLF), decidí que tenia que sentir de nuevo lo que era correr en una prueba. Por lo que animado por mis amigos y compañeros me apunte a una carrera en la que ya había participado el año anterior con un sabor de boca inmejorable. Los 10km de las Fiestas de San Pedro, en Blanca. Una carrera que no pudo ser mejor a nivel personal en todos los sentidos en su anterior edición (aquí tenéis el enlace) y que este año sabia que no me iba a acercar a aquella marca ni por asomo. Pero la excelente compañía de este año, esos maravillosos parajes y ese calorcito que iba haciendo ya, animaban a ver que podía pasar con esta carrera tan exigente.

sábado, 21 de abril de 2012

III Ruta de las Fortalezas

A las 05:45 a.m. sonó el maldito despertador, pero no hubiese hecho falta que lo hiciera ya que llevaba desde las cinco con los ojos abiertos y mentalizandome de lo que se me venia encima. Era consciente de que tenia muchas papeletas para no terminar a causa de mis molestias en la rodilla derecha, pero también tenia unos rayos de esperanza a los que quería aferrarme con toda mi fe. Eso fue lo que me impulso a dar un bote de la cama y dejar el pesimismo entre las sábanas para afrontar el reto con la mente al 100%. No tuve que preparar muchas cosas ya que como muchos de vosotros haréis, la noche anterior realice todo el "ritual" meticulosamente, preparando hasta el más insignificante detalle, por lo que apenas me hicieron falta más de 15 minutos para estar listo a falta de desayunar.

A la hora acordada estaba en la estación de Renfe tal y como había acordado con Jorge. No tardo demasiado en llegar y pusimos rumbo hacia Cartagena. Por segundo año consecutivo me esperaba la gran cita anual, la prueba más larga y dura que tengo señalada en el calendario. La tercera edición de la Ruta de las Fortalezas. Me entristecía un poco que por culpa de una inoportuna lesión mi hermano Pepe no pudiese asistir en esta ocasión y aunque me esperase en meta, no seria lo mismo, pero bueno, seguro que el año que viene no falla.

Mientras nos dirigíamos a nuestro objetivo, Jorge, que lleva a sus espaldas mas de una década en este mundo del atletismo me dio una serie de consejos acerca de las posturas corriendo, los ritmos, entrenamientos y un largo etcétera. Por lo que aparte de hacerse el trayecto mucho más ameno, aprendí un montón de cosas interesantes.  Una vez en Cartagena el ambiente era, un año más, espectacular, cientos y cientos de corredores y senderistas recorriendo las calles cercanas a las salida, algunos haciendo sus pronósticos, otros pensando en la dureza del recorrido, las estrategias de cada uno, que si hay que ir a nuestro ritmo, que si hay que reservarse para el final, en fin...esos comentarios tan comunes y que a pesar de ello nos encanta hacerlos, empezando por mi.

A falta de cinco minutos para la salida, nos colocamos a unos diez metros de la salida, formando parte de la cabeza de carrera. A pesar de que yo no tenia pensado seguir el ritmo de Jorge, mucho mas preparado que yo, decidí acompañarle en el lugar de salida, para evitar en la medida de lo posible los innumerables tapones que se produjeron el año pasado. Así fue como después de que sonara en vivo y en directo el himno español, interpretado por militares de manera muy emotiva, comenzo la gran ruta de las fortalezas.

La salida fue mucho más tranquila que las carreras que suelo frecuentar, muy lógico debido a las características de una prueba de tal magnitud. Enseguida comencé a marcar mi ritmo, un ritmo que estaría entre 05:30 y 06:00 min/km. Las pulsaciones también las debería de llevar muy controladas ya que el objetivo era no intentar sobrepasar las 160ppm , al menos en la primera mitad de carrera.

No tarde demasiado en dejar de correr, ya que apareció ante mi el monte calvario y por supuesto que en las subidas no pensaba correr ni por un solo momento. Un sobreesfuerzo podría ser razón para que luego faltasen fuerzas o para que apareciese el temido dolor de rodilla. Así pues, comencé a andar como hacia la mayoría de la gente que se encontraba a mi alrededor. Tras salvar algunas retenciones (muchas menos que el año pasado) llegue arriba y conseguí el primer sello que hizo multiplicar mi moral. Por ahora me encontraba muy cómodo, la rodilla marchaba perfecta, el ritmo era totalmente soportable y la moral la tenia por las nubes. El descenso como no podía ser de otra manera lo realice con pies de plomo intentando forzar lo menos posible, ya que al ser muy pronunciada la pendiente no quería que las piernas sufrieran demasiado.

Poco a poco fue transcurriendo la carrera de manera muy satisfactoria, todo iba sobre ruedas, ningún dolor, el cansancio no aparecía, me estaba hidratando bien, reponiendo fuerzas en los puestos de avituallamiento. Todo perfecto. Hasta el Castillo Galeras. Ahí comenzo el sufrimiento, que por otra parte es lo que uno busca un poco en estas pruebas jeje. La zigzagueante subida mermo mis energías, dejando entrever que empezaba a estar cansado. Por otra parte el largo descenso no le sentó nada bien a mi rodilla, que se pronuncio al respecto con unos dolores llevaderos pero preocupantes. Aun me quedaba lo peor, la Atalaya y el temido por todos, Roldán.

Corriendo ya con dolor, conseguí llegar al campo del Cartagonova, allí me atendieron para embadurnarme las rodillas con réflex o algo similar un par de minutos y continue. Suerte que yo también llevaba un bote de réflex, de lo contrario pienso que el resultado hubiese sido mucho peor. También decidí que por primera vez en mi vida era hora de tomar un "gel", que supuestamente te carga las pilas al momento, he de decir después de probarlo, que aparte de estar asquerosamente malo, es cierto.

Con el dolor "camuflado" continué hasta la Atalaya, por el camino llame a mi hermano para decirle como iba el asunto y es que por ahora dejando de lado los pequeños inconvenientes, el tiempo estaba siendo muy bueno, de seguir así iba a conseguir llegar a meta en menos de 7 horas. La subida a la Atalaya no se me hizo especialmente dura en comparación con el año anterior. Mientras ascendía no pude evitar recordar como el año pasado esta montaña termino de agotar a mi compañero Antonio. En realidad, durante todo el recorrido me venían imágenes de la edición anterior, en esta ocasión me encontraba algo solo. Era una carrera muy larga y no tenia con quien hablar, de vez en cuando cruzaba unas palabras con alguien para romper mi propio silencio y entretener a mi mente, pero no era lo mismo que el año pasado.

La bajada de la Atalaya fue la que acabo por desatar el dolor de mi rodilla derecha. La pendiente era excesiva, el terreno muy duro, y ya llevaba mas de 40 kilómetros. Era el cóctel perfecto para liberar el dolor en una rodilla delicada. Como pude hice el descenso, ya no podía correr en muchas ocasiones y el réflex estaba empezando a convertirse en mi mejor amigo de la carrera. Cuando llegue abajo emprendí de nuevo la carrera, pero ya no era lo mismo, ahora era muy molesto avanzar de esta manera, por lo que no me quedaba otra que intercalar unos minutos corriendo con otros andando a paso rápido. Así fue como poco a poco me fui aproximando al Roldán.

Me faltaba poco para conseguirlo, el tiempo estaba siendo muy bueno a pesar de ir desde el kilómetro 40 mucho más despacio, de seguir así podría parar el crono en las 7 horas y poco. Mi mejor objetivo. Ya empezando a subir la parte suave del Roldán se notaba que todos íbamos muy cansados, pocos hablaban y la mayoría mirábamos al suelo con una mueca en la cara. Personalmente temía mucho más el descenso que la subida por el tema de la rodilla. Tras un buen rato subiendo por fin pude ver la espectacular senda de los jabalis, buen nombre para esta senda que con solo mirarla se te viene el mundo encima. La pendiente es tal, que si fuese un poco mayor estoy seguro de que esta prueba no pasaría por ahí por motivos de seguridad.

A medio subir vi como bajaban los militares con una persona en camilla que había sufrido una buena  pájara. Por otro lado era frecuente escuchar lamentos relacionados con tirones, calambres, cansancio extremo, a medida que ibas ascendiendo muchas de las piedras que estaban a los lados, se encontraban ocupadas por corredores que hacían un alto en el camino para coger algo de fuerzas y continuar. Cuando al fin llegue me pusieron lo que seria el ultimo sello antes de la meta, acto seguido me rocié las dos piernas enteras con réflex y afronte la bajada. El descenso fue mejor de lo esperado, tal vez por el efecto calmante del réflex o por las ganas de llegar, o una suma de ambas. Lo cierto es que cuando la pendiente se suavizo un poco empecé a correr hasta el final, ya no sentía tanto dolor, ahora había sido sustituido por la emoción de saber que iba a terminar la III ruta de las fortalezas dentro del mejor tiempo que podía esperar, además mi hermano y unos amigos me esperaban en meta y eso no tenia precio.

Los últimos 500 metros fueron memorables. Cuando por fin pude divisar la meta al fondo aumente un poco el ritmo, me emocione tanto, que me alegre de llevar unas buenas gafas de sol puestas. Habían sido 7 horas y 6 minutos, diría de sufrimiento, pero me estaría equivocando. Fueron de superación. Superación a mi mismo. Antes de entrar a meta, salude a mi hermano mientras le daba la camiseta de esta edición de la ruta, que habia llevado reservada durante todo el trayecto. Traspase la linea de meta, me colocaron una medalla y toque el cielo con la punta de los dedos. Estaba cansado, muy cansado, pero estaba orgulloso de mi mismo y eso no tiene precio.

Datos de carrera
Dorsal: 2399
Distancia: 51.000m.
Tiempo carrera: 07:06:11 (08:21min./km)
Posición: 674/2638 (292 categoría/901)
Bolsa corredor: Camiseta técnica, gorra algodón, cinturón con cantimploras, bolígrafo.

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jueves, 19 de abril de 2012

Ruta de las Fortalezas 2012, la previa.

Quedan algo más de 24 horas para que me suene el maldito despertador a una hora nada decente. Imagino que será sobre las 06:00 am, mucha gracia no me hace, pero es lo que toca. Es lo que lleva tocando desde hace casi dos meses, cuando decidí que acudiría a la III ruta de las fortalezas.

Después del rotundo fracaso totalmente merecido en el II yeti trail, se me habían quitado un poco las ganas de hacer locuras como esta. Pero tal vez haya pasado ya algo de tiempo o puede que ahora este algo mejor físicamente. Lo único cierto es que tengo un dorsal y 51 kilómetros por delante. Los deberes creo que los he hecho al menos los suficientes como para sacar un bien tirando a notable. Dándole muchas vueltas e imaginando los posibles finales, se me ocurren cuatro variantes:

1ª-Muy bien Javi, muy bien.

Esto me diré yo mismo si al pasar la linea de meta, el reloj se detiene en un tiempo entre 7 horas y 7 horas y veinte. Todo habrá ido según lo previsto y habré rebajado dos o más horas respecto al año pasado. También querrá decir que he corrido durante una gran parte del recorrido, algo nada sencillo.

2ª-Estoy satisfecho, hasta el año que viene!

El crono se detendrá entre 7 horas veinte y 7 horas 45. Entonces estaré satisfecho con la carrera, me habrá costado muchísimo pero habré terminado dentro de un objetivo marcado, aunque pensando en que al año que viene puedo mejorar mucho.


3ª-No estoy para tirar cohetes, pero acabar no es poco.

Entre 8 y 9 horas supondrá estar descontento conmigo mismo, reflejara que no he planteado bien el entrenamiento (algo que pienso ahora mismo por haberme excedido en los kilómetros), y me iré a casa con la moral algo baja, aunque con esa ilusión que hace el saber que tienes muchísimo margen para mejorar.


4ª- Sufrimiento extremo o abandono.

Esta opción ahora mismo es la que mas ronda mi cabeza. No es que sea un pesimista, pero os contare algo. Tengo una rodilla delicada, y eso en 51 kilómetros es algo muy serio. Todo sucedió mientras entrenaba. Un día decidí que tenia que hacer una tirada muyyy larga y no se me ocurrió otra cosa que hacer 32 kilómetros, metiendo montaña además. No hubiera pasado nada, pero llevaba ya un tiempo haciendo tiradas de más de 20 kilómetros todas las semanas y la rodilla dijo basta. El dolor no llega a ser agudo, pero si es muy molesto. Esta localizado en la parte interna de la pierna derecha y creo que es algo de sobrecarga del ligamento o algo así, pero no tengo ni idea. Solo se que estando unos días en reposo se me pasa completamente la molestia y cuando corro unos 6 o 7 kilómetros empieza a aparecer de nuevo. Ahora llevo un solo entrenamiento en siete días y me encuentro muy bien, pero no se si el sábado aparecerá de nuevo el dolor, si así fuera creo que abandonare...

Bueno creo que ya he despejado mi mente un poco con estas lineas. Todo esto es lo que se me pasa por la cabeza ultimamente cuando pienso en el sábado, aparte de otras tonterías como ¿me quedare dormido? ¿se me olvidara algo?...Lo típico. Solo espero que el final se ciña a una de las tres opciones primeras y la cuarta no se produzca. Pero hay que concienciarse y estar preparado para todo.

lunes, 26 de marzo de 2012

Y tú...¿Por qué corres?

Me he dado cuenta de algo curioso con respecto a correr. Muy pocas personas lo hacemos como mantenimiento físico. Sin duda que es un plus el encontrarte en forma. Pero en la gran mayoría, creo que no es el motivo principal. Hay "un algo" que nos lleva a ponernos unas zapatillas  y salir a correr cuando llueve, cuando hace viento, frío, calor...incluso cuando no nos apetece en absoluto. Cada persona puede tener una razón diferente, pero el fin es el mismo. Encontrarnos mejor. Y es ahí, cuando correr más que un deporte se convierte en una terapia.

Hay algunas ocasiones en las que salgo del trabajo muy cabreado y sin haber planificado correr, comienzo a hacerlo intentando ir todo lo rápido que pueda. En esos momentos no suelo estar más de veinte o treinta minutos, pero son suficientes para ver la horrible jornada laboral desde otro punto de vista, algo más optimista, pensando que mañana será otro día e incluso dándome cuenta de lo egoísta que soy por llevar mal mi rutina laboral en los tiempos que corren.

Otras veces pienso en la suerte que tenemos, si tú que estas leyendo también, si tú. Si estas leyendo este blog, imagino que te interesara el mundo del correr y lo practicaras en mayor o menor medida. Pues eso es una de las mayores suertes en este mundo. Algo tan simple como salir a la calle y correr, es algo que por desgracia no pueden disfrutar miles de personas. Intento recurrir bastante a este pensamiento cuando voy corriendo, ya que creo que es algo que hay que valorar todos los días.

Otra razón de gran peso es la referente a la vida social. No tiene precio el compartir un entrenamiento, una carrera, o simplemente una charla con algún amigo, aunque hables siempre de lo mismo. Los mismos temas, las mismas dudas, las mismas palabras, pero cada vez no se el porqué, es diferente. También es cierto, que cuando ya llevas un tiempo en este mundillo, empiezas a conocer a gente. Cuando sales a entrenar siempre por el mismo sitio y al cabo de meses de estar viendo las mismas caras empiezas a saludar timidamente, o a entablar una conversación referente al clima... Luego en las carreras populares, vas quedandote con caras que terminas ya por reconocer fácilmente de tanto verlas (Moratinos, Óskar y Paco de Correbirras, Pilar la fotógrafa y un larguísimo etcétera), poco a poco y sin darte cuenta, se van convirtiendo en tu familia deportiva y eso que con la mayoría aún no te has cruzado ni un "hola".

La naturaleza. A todo aquel que le guste la naturaleza, entre los que me incluyo, no deben perderse la sensación de correr por algún sendero perdido por la montaña de alguna sierra de la región. Últimamente los sábados suelo madrugar e irme con mi mochila de running al monte y practico esta modalidad de carrera por montaña o trail. Y he de decir que esos momentos en soledad contigo mismo y con el sonido de la naturaleza no tienen precio. Vuelves a casa con la mente totalmente renovada.

Hay varios motivos más por los que me gusta tanto correr, pero son menos importantes y no quiero cansaros la vista con tanto párrafo. Llevo un año y tres meses corriendo en serio, y a día de hoy me considero un novato, pero creo que ya no hay vuelta atrás y sólo deseo que físicamente me pueda permitir durante muchísimos años esto que considero un auténtico lujo. El ponerme unas zapatillas y salir a correr.

domingo, 18 de marzo de 2012

XXXIII Medio Maratón de Murcia

Aquella mañana me levante casi dos horas antes de que sonara el despertador, aún estaba de noche y ya no pude conciliar el sueño. Estaba nervioso. Esta última semana había sido muy mala en cuanto a sensaciones, rodar por debajo de 5 min/km se convertía en un suplicio y las pulsaciones se disparaban. Pensaba que tal vez era a consecuencia del entrenamiento del día 10, con 21 kilómetros por montaña que me dejaron exhausto, pero lo cierto es que no tenia las mismas sensaciones que en mi primera media de Santa Pola, donde iba solamente dispuesto a disfrutar. En esta ocasión sabía que si no mejoraba lo que había visto los días previos, el resultado seria nefasto. Mi particular objetivo no era muy exigente. Marcar un tiempo oficial por debajo de 01:40:00. Un minuto y treinta y cinco segundos menos que en Santa Pola. Un reto que tal y como se presentaba la carrera lo veía muy difícil de cumplir.

De camino hacia el infante, en compañía de Antonio Vidal, hablábamos de lo raro que se nos hacia ir andando a una carrera sin utilizar medio de transporte, y la suerte que teníamos de tener la media maratón de nuestra ciudad tan cerca de nuestras casas. Además de que habíamos recogido tanto el chip como el dorsal los días anteriores, por lo que ya lo llevábamos incluso colocados.

No tardamos mucho en reunirnos también con Antonio Cano, que era su primera media y estaba expectante ante lo que se nos venia encima. Juntos, hicimos unos estiramientos mientras saludábamos a parte de la familia que se había acercado para desearnos suerte en nuestra particular aventura. Los minutos iban consumiéndose a medida que crecía nuestra ansiedad. Así fue como a falta de diez minutos ya estábamos colocados en mitad de la marea humana que se disponía a cubrir los 21.097 metros. Vidal me comento la posibilidad de adelantarnos un poco más. Pero yo no estaba muy convencido con aquella idea, quería un comienzo lento para poder "entrar" en la carrera y ver como me iba. Sabia que las retenciones me vendrían bien, pero he de decir que acabe arrepintiéndome minutos después cuando vi que había más tapones de los que pensaba.

Tras cruzar unas breves palabras con Oskar de Correbirras y desearnos mucha suerte entre mis compañeros, se escucho una traca y al cabo de unos segundos comenzamos a andar. No pude evitar recordar el fantástico día de Santa Pola, salvando las distancias. En esta ocasión sería más duro, no habría tantas personas animando para llevarte en volandas, el circuito pese a no tener nada que envidiarle a Santa Pola no era novedoso, por lo que mentalmente tampoco jugaríamos a favor y sobretodo las dos vueltas que había que dar. Eso para mi era lo peor, el tener que pasar dos veces por el mismo sitio era algo que me cansaba en las carreras de 10 kilómetros, por lo que en una media maratón no quería ni pensarlo. Pero la suerte estaba echada y ya no había marcha atrás. Lo que era un caminar lento se convirtió en un trote cochinero al cabo de unos segundos, para convertirse en unos instantes después en una carrera suave. La media maratón de Murcia había comenzado.

Los dos primeros kilómetros fueron muy lentos, rodando algo por encima de 5:00 min/km, había más retenciones de las esperadas y no podíamos hacer otra cosa, por otra parte creo que no nos vino tan mal, ya que como de costumbre no calentamos demasiado bien y estábamos algo fríos. Ibamos ganando posiciones de manera clara a medida que nuestro ritmo se incrementaba poco a poco. En el transcurso de la carrera habían grupos formados por militares del ejercito del aire, el primer grupo que nos encontramos fue bajando por la Gran Vía y era bastante numeroso, siendo unas cincuenta las personas que lo integraban, a veces entonaban marchas militares que repetían todos al unísono siendo todo un espectáculo. Al correr todos juntos era bastante complicado adelantarles y había que hacer un pequeño esprint para pasarlos rápidamente.

Antonio Vidal y yo seguíamos juntos, se notaba que estaba mucho mejor que en Santa Pola y temía que nuestro ritmo estuviese siendo demasiado rápido ya que íbamos a unos 04:30 min/km y mis pulsaciones sobrepasaban ya las 170 por minuto. En algunas ocasiones nos adelantábamos alguno de los dos para un poco más adelante volver a juntarnos, estábamos intercambiando el papel de "liebre" y nos estaba yendo muy bien.

Los primeros diez mil estaban cerca. La vuelta por la Gran Vía iba a ser dura, pero en ese momento estaba pasando por una buena fase de la carrera y me encontraba con fuerzas, así que decidí no bajar el ritmo y mantenerlo en el pequeño desnivel que nos tocaba atravesar. Llegando al final de la calle más importante de Murcia escuche un -¡Javi! y al mirar pude ver a Fº Javier que estaba viendo la carrera, lo salude rápidamente y continué la marcha con algo más de moral. Al saludarlo mire un poco hacia atrás y me dí cuenta de que Vidal se estaba quedando unos metros atrás, no me preocupe demasiado, sabía que si había terminado la de Santa Pola y en esta estaba más fuerte, no tendría ningún tipo de problema en acabarla con una buena marca.

Antes de que finalizara la primera vuelta, en una de las partes del circuito donde la carrera volvía sobre sus pasos y te encontrabas por el otro carril a los corredores que iban por delante de ti, pude ver a Miguel, que habíamos quedado antes de la carrera pero no hubo manera de encontrarnos. Le lance un grito y nos saludamos, iba unos 400 metros por delante aproximadamente y mi intención era saludarlo en persona. Es decir, alcanzarlo, una mera excusa para no bajar el ritmo y hacer la carrera más llevadera.

Ya en la segunda vuelta me daba algo de vértigo ver el pulsómetro y contemplar sus datos, estaba a algo mas de 180 pulsaciones y marcaba  04:15 min/km, sabía que tendría que bajar de ritmo pero mientras quedase gasolina iba a intentar aguantarlo. No tarde demasiado en alcanzar a Miguel con el que intercambie unas pocas palabras entrecortadas, nos deseamos suerte y quedamos en que ya hablaríamos más tranquilos de como nos estaba yendo.

De nuevo por la Gran Vía salude a unos familiares que estaban entre el público. La carrera se acercaba a su fin y yo no paraba de sacar cuentas para bajar de 01:40:00, miraba el pulsómetro y las cuentas salían algo apretadas, tal vez no lo consiga, pensaba, habíamos ido muy lentos al principio y estábamos arrastrando ese lastre. De vez en cuando agarraba una botella de los justitos puestos de avituallamiento y me la vaciaba por la cabeza, me despejaba un poco y continuaba, las piernas estaban respondiendo muy bien y lejos quedaba mi pesimismo previo a la prueba. No paraba de visualizar la llegada, algo que siempre me ayuda a terminar bien mis carreras.

En la última parte tuve que frenarme un poco, ahora rodaba sobre los 04:40 min/km y me estaba costando no bajar aún más. Para más inri, la última vuelta sufría una modificación en su última parte, dando una vuelta al jardín de Floridablanca y haciéndola más larga que la primera. Esto no hacia otra cosa que desesperar a la mayoría de participantes, algunos dejaban de correr y comenzaban a andar con la cabeza agachada y gesto de frustración. Al pasar por su lado intentaba animarlos pero no había manera. En el último kilómetro pase por al lado de un señor que me impacto mucho. Corría con una prótesis de pierna. Sin duda todo un símbolo de superación personal y que me cargo las pilas al instante sólo con verlo. Al pasar por su lado lo felicite y continué mi marcha hacia la meta.

Lo que sucedió a continuación es de ese tipo de cosas que crees que sólo pasan en las películas a cámara lenta mientras se escucha una canción emocionante. Resulta que a falta de unos 250 metros me fije en el cronómetro del tiempo oficial, anclado en la parte superior del arco de meta. Pues bien, durante toda la carrera mi "obsesión" fue bajar de 01:40:00, y allí estaba aquel crono, marcando un 01:39:15. Hubo unas décimas de segundo en las que no reaccione e incluso pensé en no apretar. Pero cuando aún no había terminado de pensármelo ya me encontraba apretando los dientes y corriendo con todas las fuerzas que me quedaban, pase a bastantes corredores en esos pocos metros finales, pero lo mejor fue la marca final. 01:39:59, objetivo cumplido. En los minutos siguientes a mi paso por meta, lo pase realmente mal, me faltaba el aire y un dolo en el estómago me impedía inspirar demasiado, pero había merecido la pena.

Hoy me quiero despedir felicitando a mis compañeros. A Antonio Vidal, por quitarle un buen puñado de minutos a su marca de Santa Pola, a Antonio Cano por ser su primera media maratón y terminarla sin ningún tipo de problemas y a Miguel porque también era su primera media e hizo una marca realmente buena. A todos ellos felicidades y espero que coincidamos pronto en otra carrerica.

Datos de carrera
Dorsal: 481
Distancia: 21.097m.
Tiempo carrera: 01:39:59 (04:44min./km)
Posición: 648/2119 (213 categoría/743)
Bolsa corredor: Camiseta técnica, gorra técnica, fruta, barritas, reposteria...

Clasificación general 

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The lost runners
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Zapatillas y a correr

jueves, 15 de marzo de 2012

El ácido láctico ¿amigo o enemigo?

A lo largo de mi tiempo libre he leído mucho acerca del ácido láctico. Creo que se merece un artículo ya que me parece algo bastante interesante para los que practicamos cualquier deporte. Intentare no entrar en tecnicismos y tratare de explicarlo de una manera sencilla.

Cuando una persona comienza a realizar una actividad física, en nuestro caso correr, empezamos en mayor o menor medida bien, nos encontramos con ganas, fuerza y disposición para "comernos" unos cuantos kilómetros. Pero algo ocurre cuando llevamos un tiempo, nuestro cuerpo empieza a resentirse y ya no estamos tan bien como al principio. A unos nos pasara antes y a otros después, pero es solo cuestión de tiempo que aparezca la fatiga.

Cuando vamos corriendo tan felices, nuestro cuerpo es una máquina de quemar grasas, carbohidratos, glucosa y supongo que mil cosas más, pero vayamos a lo que nos interesa, esto último, la glucosa. Imaginaros que estamos en un bar y estamos pidiendo cerveza, necesitamos cerveza, sin cerveza no me muevo porque me canso. Entonces pedimos una tras otra, necesitamos movernos mucho y no paramos de pedirnos cañas. Pero llega un momento en el que tenemos la barra llena de jarras vacías y al camarero cada vez le cuesta más dejar las cervecitas en la barra. Lo tenemos todo hecho un estercolero y ya no podemos beber tan a menudo...

No hace falta decir que en el ejemplo anterior la cerveza es la glucosa y las jarras vacías el ácido láctico. Siendo un poco más formales, este ácido provoca que se inhiba la enzima encargada de romper la molécula de glucosa para la obtención de energía, y sin energía no hay movimiento. Esto no ocurre así de pronto, por supuesto. Lo que pasa es que poco a poco nos va costando más, el ácido láctico esta aumentando y no lo estamos eliminando eficazmente.

Podéis pensar que el ácido láctico es muy mala gente y que no nos hace ningún bien, pero no es así. Esta es la base de todos los que entrenamos hasta la extenuación. Buscamos llegar a ese punto en el que el ácido láctico nos dice "basta", y de esta manera conseguimos asimilarlo mejor. Con el paso del tiempo y con ejercicios de calidad, como series, cambios de ritmos, cuestas...educamos a nuestro metabolismo para que coja esas jarras de cerveza vacías y las reconvierta en cerveza, obteniendo así un ciclo energético perfecto, en el que reconvertimos parte del ácido láctico en glucosa a través de nuestro hígado. Este ciclo recibe el nombre de "ciclo de Cori" y hace que podamos hacer esfuerzos durante mucho tiempo. Sin él tendríamos que llevar siempre barritas energéticas para tomarnos cada cierto tiempo. Aunque nunca esta de más llevar algo por si nos falla el ciclo de Cori ¿no?

Bueno pues esto ha sido todo os pido disculpas si algo no es correcto o no lo he explicado bien y os dejo unos cuantos enlaces por si queréis profundizar más en el tema.

Xinte
Todonatacion
Kilometroseguro
Ciclo de Cori Wikipedia

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿En serio sabes atarte los cordones?

Ahora que al fin, después de mucho tiempo y trabajo he conseguido llevar al día mi blog, podre al fin permitirme el lujo de escribir artículos que me resultan interesantes y que pienso que también pueden serlo para vosotros.

Quisiera empezar por un articulo que leí hace no mucho y que me sorprendió mucho. Como algo que todo el mundo creemos hacer bien, en realidad no lo hacemos. Hablo de atarse los cordones de una zapatilla deportiva.

Algunos nos habremos hecho una pregunta alguna vez en nuestra vida, bueno en realidad puede que dos. Estas preguntas suelen ser habituales en el momento de adquirir unas nuevas zapatillas y son: ¿para que sera el agujerito doble que lleva por donde sale la cordonera?. La otra pregunta suele ser ¿para qué tan largas las cordoneras?. Pues bien a continuación la respuesta a estas dos cuestiones.

Esta es una zapatilla cualquiera y así como el 80% de las personas tienen colocadas las cordoneras...

Vayamos por pasos. Lo primero es coger un extremo de los dos del cordón e introducirlo de fuera hacia dentro por el agujero de su mismo lado.

No lo estires del todo, deja un pequeño espacio como en la foto, para más tarde poder usar ese hueco.
Haz lo mismo con el otro extremo, te tiene que quedar una cosa así:

Haz lo mismo en el otro extremo.

 Ahora coge el extremo de un cordón y pásalo por el hueco del extremo contrario que habías dejado antes.

Haz lo mismo con el otro extremo, te debe quedar una cosa así:

Con el pie dentro (tú puedes meter el pie desde el primer paso) coge los extremos y estira los cordones hacia los lados para ajustar la zapatilla y tener más cordón para hacer el nudo.

Ahora estíralos hacia arriba para acabar bien el ajuste. Puedes repetir el estiramiento hacia los lados y hacia arriba hasta que encuentres tu ajuste óptimo, pero recuerda no apretarlo demasiado.

Ahora átate los cordones. Lo mejor es que no tienes que aprender un nuevo lazado, hazlo como estás acostumbrado y podrás disfrutar de un ajuste perfecto.
Con este método se consiguen dos cosas bastante significativas. La lengüeta quedara fija en su lugar correcto y no nos molestara. Lo otro que conseguimos es evidente, un ajuste mucho mejor.

Parte del articulo esta sacado de la web www.foroatletismo.com donde siempre suele haber artículos muy interesantes.

Esto ha sido todo por hoy. Un saludo a todos.

domingo, 26 de febrero de 2012

III Circuito Mundial Eternal Running Níjar

Rondaba el mes de diciembre cuando una buena mañana de sábado mirando la agenda de carreras en correbirras, pude ver una carrera que me llamo la atención. De hecho ya la conocía desde el año pasado, aunque finalmente no me decidí a participar en ella. Esta carrera era una "eternal running". Hablar de este tipo de carreras es hablar de pasarlo bien, reírse con los amigos, hacer un poco (o un mucho) el payaso y como no, esforzarse y no poco. Hay que destacar que este tipo de carreras tiene fama a nivel mundial, ya que se celebra en una gran cantidad de países, tales como Hawai, Australia, Buenos aires...También hacen otro tipo de pruebas muy singulares, de varios días de duración y que proponen a los pocos participantes que pueden inscribirse, viajar a otros países para realizar desafíos, pasar varios días en islas desiertas al más puro estilo de "supervivientes", o cualquier otra locura que se les ocurra a los organizadores. Si queréis más información al respecto os dejo el link Eternalrunning.es

Mi objetivo para esta aventura era reunir a un buen grupo de valientes, cuantos más mejor, y para ello las famosas reuniones de Navidad serían mi gran oportunidad. Ahí la gente esta contenta, bebe sidra, fanfarronea y en ocasiones hace cosas de las que luego se arrepiente (como apuntarse a una eternal running, jeje). Así fue como reclute a siete valientes que querían optar al titulo de "invencible", que se otorgaba a todo aquel que finalizara los poco más de 11km que tenia el recorrido. Los elegidos para alcanzar la gloria fueron: Antonio Cano, Antonio Vidal,  Eloy, Fº Javier, Isaac, José Luis y yo. Puntualizar que finalmente mi compañero de batallas Antonio Vidal, no pudo asistir por un inoportuno catarro. Una gran baja, sin duda.

Creo que me he olvidado de mencionar que la inmensa mayoría en estas carreras suele utilizar un disfraz para correrla y si puede ser ridículo mejor que mejor. En cuanto a nosotros, después de dar muchas vueltas para ver cual iba a ser nuestra "equipación", la mejor opción que encontramos fue la de ir de cerdo, concretamente, chato murciano, y con alas. Antonio Cano y José Luis optaron por imitar a Rambo.

Entre idas y venidas llego el señalado día 26 en el calendario y a las 07:45 una expedición formada por una gran parte del clan Montoya y los "elegidos" partían hacia Níjar. Casi dos horas de viaje para llegar al lugar donde cambiaría todo, donde nos convertiríamos en invencibles.

Cuando llegamos al lugar teníamos por delante una hora y algo, por lo que nos lo tomamos con calma. Fuimos dando un paseo a la caseta donde se retiraba la bolsa del corredor junto a los dorsales, por el camino empezabamos a ver disfraces de lo mas variopintos, power ranges, piratas, moscas, gatos, mariquitas...El ambiente era muy bueno, con un buen sistema de megafonía y música cañera. Pronto vimos a lo que nos íbamos a enfrentar, un autobús en mitad del campo hacia presagiar que no estaba ahí por gusto. Camiones con paja para escalar, pozas con barro...No nos dejamos intimidar y no lo tomamos a risa.

Una vez recogidos los dorsales después de guardar cola durante una eternidad, fuimos de nuevo al coche a transformarnos en chatos. El tiempo era oro, apenas restaban 20 minutos para que se diera la salida y no había tiempo que perder. Fuimos a paso ligero hasta los coches, allí dejamos la buena bolsa de corredor que dieron, en la que podías encontrar desde tomates, hasta caldo de pescado, pasando por la obligada camiseta técnica. Nos cambiamos rápidamente y nos colocamos los dorsales. Estábamos listos. Ya a trote cochinero, nunca mejor dicho, fuimos al lugar donde se iniciaba nuestro camino a la gloria. Cuando nuestro público nos vio aparecer de aquella manera, unos optaron por reírse y otros por mirarnos con cara de sorpresa. Aprovechamos el poco tiempo que quedaba para echarnos unas fotos, ahora que estábamos bien limpios, después nos fuimos a colocarnos en la linea de salida. Ahí el ambiente era de fiesta total, multitud de personas dando saltos, gritando, cantando. La espera había finalizado, a ritmo de "Eye of the tiger" dieron la salida, ya solo quedaban 11.250 metros para ser invencibles.

El comienzo fue algo lento, mientras bajamos por la carretera asfaltada, no podías marcar un buen ritmo...un momento... ¿ritmo? ¿qué es eso? se me había olvidado que estaba escribiendo acerca de la "eternal running", aquí daba igual como fueras, al menos personalmente, mi intención era disfrutar del momento y sabia que no era una carrera para mirar el crono. Pronto el recorrido se adentro en un pabellón cercano. Todos sabíamos los que nos esperaba. La piscina. Al llegar, la gente estaba agolpada esperando su turno para saltar y tener el primer contacto con el agua. Cuando llego nuestro momento no quedo otra que dar un paso al frente y dejarse caer. El agua, como era de esperar en febrero, esta muy fría y eso que por ahora, el recorrido que se hacia por la piscina era una pequeña curva por donde no cubría más allá de la cintura. Al salir del agua la sensación era de pesadez, las zapatillas encharcadas habían doblado o triplicado su peso natural y el disfraz era lo más parecido a una esponja.

Unos metros después del primer obstáculo, nos encontramos con el segundo. Una puerta cerrada que había que saltar, teniendo ésta no mas de 4 metros de anchura. Os podéis imaginar el tapón que se formo. Pacientemente fuimos esperando nuestro turno para comenzar a trepar. Un particpante disfrazado de guardia civil se abría paso de manera eficaz al grito de "dejen paso a la guardia civil". Cuando por fin pudimos rebasar aquella puerta, nos dimos cuenta de que estábamos en la cola de la carrera. Lo que nos provoco un poco de ansiedad.

El circuito se internaba ahora por vez primera en zona pedregosa, cada pocos metros había un desnivel que tenias que saltar para poder avanzar. No tardo en aparecer aquel autobús que al parecer había que pasar por abajo arrastrándose. Al llegar a él, vimos que por el lado derecho estaba algo más levantado, por lo que optamos por atraversarlo por ahí. Justo detrás del autobús apareció ante nosotros el primer camión cargado de paja, tendría cerca de cuatro metros de altura y había una red para facilitar la escalada. Era algo con lo que había que llevar especial cuidado ya que las personas se estaban agolpando y en cualquier momento podías sufrir un accidente. Personalmente era uno de los obstáculos que más respeto me daban. Al llegar a la red me agarre a ella y comencé a subir poco a poco asegurando bien los pies en los huecos que habían. Al llegar arriba y ponerme de pie me dio algo de vértigo, provocado también por el leve balanceo del montón de paja debido a los numerosos corredores que se agolpaban en él. El descenso lo hice con igual precaución hasta que conseguí llegar a suelo firme. En este punto fue cuando Fº Javier, salto un poco antes de tiempo con tan mala suerte de que su rodilla "tocada", se resintió. Algo que le acompañaría durante toda la carrera, haciéndola aún más dura.

Así fue como poco a poco fuimos pasando la zona de obstáculos. Arrastrándonos por barro bajo un cielo de alambre de espino, saltando contenedores con agua, sin ella, corriendo entre neumáticos, rebasando pozas con barro, subiendo a otro camión, esta vez sin paja y todo mientras nuestro público nos daba todo su apoyo. Pensábamos que lo duro había terminado, que no volveríamos a ver los obstáculos hasta el final y que ahora tocaba relajarse con unos 10 km de carrera por suaves senderos. No sabíamos lo que nos esperaba.

Lo que nos esperaba era ni más ni menos que un exigente recorrido de trail o carrera por montaña. Con tres o cuatro picos siendo alguno de ellos bastante notable en cuanto a pendiente, no así en cuanto a recorrido por suerte. El transcurso por la zona montañosa se hizo especialmente duro para FºJavier, que a consecuencia de su lesión estaba desgastándose más de la cuenta y ya en las primeras subidas empezó a resentirse. Era una verdadera pena que no pudiese disfrutar más de la carrera y es que algo así hace que le des vueltas al coco durante el trayecto y con razón.

Antonio Cano y José Luis, los "rambos" se habían adelantado desde el comienzo de la carrera, ambos querían disfrutar al máximo de la experiencia y así lo estaban haciendo. En cuanto a Isaac y Eloy poco a poco fueron adelantándose a FºJavier y a mi. Isaac se encontraba bastante motivado y en forma y Eloy con su entrenamiento de "cinco partidos en siete días" demostraba que estaba fuerte. En cuanto a nosotros, no teníamos ningún tipo de prisa e íbamos a nuestro ritmo. Había zonas muy buenas sin pendiente en las que iniciábamos una carrera marcando un ritmo suave, mientras que en las subidas no nos quedaba otra que andar. Había una montaña con una pendiente que te obligaba a utilizar las manos de vez en cuando para poder avanzar. Os podéis hacer una idea de la dureza de la carrera, ya que mientras estábamos inmersos en una exigente carrera de montaña, íbamos mojados y disfrazados de cerdos, ahí es nada. Suerte que hacia un día primaveral y no pasamos frío en ningún momento.

Los kilómetros iban dejando paso al cansancio que poco a poco se iba haciendo presente, aunque todavía era numerosas las bromas entre participantes. A nosotros nos amenazaron un par de veces con que nos comerían si no aparecía pronto el puesto de avituallamiento. Y la verdad es que se estaba haciendo esperar el único puesto que había. En mi opinión en una prueba de esta índole, con un circuito tan exigente y con el día de sol que hacía, un par de puestos de avituallamiento no hubiera estado de más. Cuando por fin apareció ante nosotros aquel oasis en medio de la nada, pudimos comprobar con tristeza como no quedaba agua, que era lo que mas demandaba nuestro cuerpo. Nos tuvimos que conformar con cocacola templada, porrones de vino (si, habéis leído bien), queso, gusanitos, nubes y poco más.

En el último tramo de la carrera por montaña, nos intentamos "pegar" a una chica que nos marco durante un buen rato el ritmo a seguir, a cambio la ayudamos en un par de ocasiones en las que la bajada era lo suficientemente pronunciada como para resbalar. En el último kilómetro nuestra particular "liebre" bajo de ritmo y le dijimos adiós. No quedaba mucho para llegar de nuevo a los obstáculos y el sonido de la megafonía llegaba cada vez más claro a nuestro oídos. A lo lejos se empezaba a divisar de nuevo el pabellón donde nos esperaba otra vez la piscina. Viendo esto, me percate de que un grupo de cuatro o cinco personas nos animaban desde lejos. Era nuestra gente, que tal vez hartos de esperar, habían decidido asomarse a la montaña para ver si veníamos de una vez. Cuando legamos a donde estaban nos dieron esos ánimos que tanta falta nos hacían, además de una botella de agua que agradecimos como si del mejor avituallamiento de mundo se tratase. Nos depedimos de ellos y pusimos rumbo a la parte final de los obstáculos.

Ya en pie frente a la piscina, por segunda vez,  tocaba hacerse un largo de unos 50 metros. Cuando saltamos a aquella agua turbia, el peso del disfraz y las zapatillas provocaron que tocara el fondo de la piscina, y cuando empecé a nadar para salir a flote, me di cuenta de que apenas avanzaba hacia la superficie. Fueron unos segundos eternos. Al fin con la cabeza fuera del agua y con un frío de mil demonios, empezamos a nadar de cualquier forma para llegar al otro extremo. Allí nos esperaban el resto de nuestra expedición con gritos de ánimo y aplausos. Cuando por fin salimos de la piscina, saludamos a todos brevemente y emprendimos de nuevo la marcha hacia el último tramo.

En los últimos metros pasamos de nuevo por el autobús, camiones de paja, contenedores, alambres de espino, pozas...El cansancio era muy notable ya en esta parte de la carrera, y más que correr íbamos arrastrando. Cuando subimos al ultimo camión de paja y comencé a descender, note como se empezaban a subir los dos gemelos, ya que para enganchar los pies a la red había que hacer fuerza en la parte delantera de la zapatilla y provocaba el sobreesfuerzo del músculo. A consecuencia de esto, decidí bajar a pulso dejando los pies colgando. Mientras, Fº Javier estaba en lo alto del camión, siendo entrevistado por uno de los organizadores de la carrera. Apenas nos quedaba sobrepasar dos o tres tubos hinchables para alcanzar la gloria. Había una pobre chica que no podía saltar lo suficiente como para sobrepasar el obstáculo, así que entre los dos chatos murciarnos la ayudamos a avanzar.

La meta estaba ante nosotros, cogidos por los hombros cruzamos la linea que separaba lo humano de lo invencible y de esa manera finalizo la carrera. Una pena el pequeño contratiempo de Fº Javier, que le impidió disfrutar al 100% de la prueba. Por lo demás todos acabamos bastante contentos con la experiencia, que muy probablemente se vuelva a repetir algún día...Personalmente mi intención antes de la carrera era pasarlo bien, reírme, mancharme mucho, y sobretodo desconectar un poco  de tanta competitividad, buscando siempre arañar un segundo del crono, por lo que el objetivo lo había cumplido sobradamente. Ahora tenia las pilas cargadas y la mente despejada para afrontar con garantías la Media Maratón de mi ciudad, Murcia.

Datos de carrera
Dorsal: 110
Distancia: 11.250m.
Tiempo carrera: 02:32:34 (13:34min./km)
Posición: 598/1055
Bolsa corredor: Camiseta técnica, bolsa-mochila, tomates, caldo de pescado, caramelos, toallitas limpia baños.

Clasificación general 

Fotos personales 
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Óskar Correbirras